Uno de mis objetivos en la vida
es visitar tantas culturas y ciudades como sea posible, amo la cultura y me
llena de emoción pensar en todas las distintas personas que pueda conocer con
su cultura y sus costumbres y sobre todo su arte. Entonces decidí comenzar el
reto de los diez pesos, el cual solo consiste en cada moneda de 10 pesos que
tengas a la mano debe ir a parar a tu alcancía.
Después de ver el libro de arte
del juego Diablo III, gracias a mí hermano por esa adquisición tan maravillosa.
Es una maravilla de ilustraciones, si te gusta el arte un poco gótico y
fantástico te recomiendo este libro, puede servirte de inspiración.
Para sentirme más motivada
ahorrando decidí personalizar mi alcancía. Con el libro de Diablo III en mis
manos, termino siendo una fusión entre las tapas antiguas de libros, cofres y
los sellos utilizados en las puertas de los castillo medievales (si aquellos
que tienen cerraduras intrincadas).
Busque alguna caja vacía y la
endurecí con la famosa técnica de papel, pegamento blanco y agua.
El principal material que utilice
y que debo confesar me daba un poco de miedo era la plastilina, no la utilizaba
desde mi época de kínder donde intente hacer una cara y resulto en un desastre
de narices aplastadas y bocas chuecas. Lo que más me preocupaba era la forma de
endurecerla, investigue en muchos lugares y con algunos artistas que conozco,
hice un proceso combinado de todo lo que me dijeron. Primero le di dos capas de
pegamento blanco diluido en agua, ya que encontré difícil esparcirlo sobre la
cara del dragón por lo espeso del pegamento. Después use barniz de uñas
transparente para darle una capa extra de resistencia y como aun no decidía de
qué color iba a ser mi alcancía use spray en aerosol blanco para terminar de sellar
las partes que pudieran quedar descubiertas.
Como quería que mi alcancía
tuviera un aire de caja envejecida, use un color verde oscuro y lo contraste
con algunos toques de dorado. Escribí un C en la parte trasera como alusión a
mi nombre y algunos símbolos inventados con pintura textil dorada.
Me ha encantado como ha quedado,
aunque casi todos los que entran a mi cuarto me preguntan qué diablos es eso
(bah no entienden la belleza de las cosas medievales).
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